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martes, 5 de abril de 2016

Entre el racismo de los Oscars y la idiosincrasia mexicano

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Vaya que me sorprendieron los Oscars y no tanto por la diversidad en las temáticas de películas, pues toda la industria Hollywoodense está hecha a base de fórmulas y sus premios no podían ser la excepción. Sin embargo, vimos unos Oscars politizados no precisamente por la aparición del vicepresidente de los Estados Unidos presentando un performance por la no violencia de género, sino por un motivo: el racismo.

El mérito del cine Hollywoodense, desde mi punto de vista, tiene un gran acierto, han llegado a todas las audiencias, si pensamos en la diversidad mundial, esto es un gran acierto como industria. No obstante, hubieron dos hechos que me llamaron la atención: el primero, el hecho de que el host, Chris Rock, fuera afroamericano e hiciera mofa de la petición de la comunidad afroamericana: #OscarsSTILLSoWhite, la cuál pedía no ver esta premiación

El discurso de la presidenta de la Academia, Cheryl Boone, estuvo lleno de eufemismos en el que hablaba de Martín Luther King (personaje que ocupan para apelar a la igualdad racial) pero no contestó a las peticiones de la comunidad artística Afroamericana.

El segundo hecho, es que la gente cree que los Mexicanos ganamos terreno frente a Hollywood, (esto fue una aseveración de un sinodal en mi examen de grado, que hacía referencia a este hecho). Yo digo: los mexicanos ganaríamos terreno si perteneciéramos a la industria de Hollywood o tuviéramos una ganancia de ésta. 

Ahora lo ilógico de la idiosincrasia del mexicano: van al Ángel a festeja a Leo DiCaprio pero no van a festejar a dos mexicanos que hicieron historia: Alejandro González Iñárritu gana por dos años el Oscar a mejor director, Lubezki es el cinefotógrafo que ha ganado más premios en la industria Hollywoodense. A mí la verdad eso del Ángel se me hace lo de más tonto.

Con estos hechos no tenemos ni idea de lo qué es la política ni las industrias culturales pero sobre todo hay algo que resalta entre tanta discriminación: amamos a los gringos y festejamos al más mediático y no a los mexicanos que se han abierto puertas en uno de los países más racistas, influyentes y ricos del mundo. 



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