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martes, 5 de abril de 2016

Desmitificando la época de oro del cine mexicano

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La época de oro del cine mexicano no sería posible sin la ayuda de los Estados Unidos a México como parte de una estrategia propagandística en contra de los Nazis.Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas la relación con Estados Unidos queda lastimada. Tal distanciamiento permite al gobierno adoptar políticas sociales y cierta intromisión de mensajes propagandísticos de los alemanes, pues la posición geográfica de México trata de ser aprovechada por los nazis. No obstante, cuando Manuel Ávila Camacho gana las elecciones en 1940 la política exterior cambia claramente a favor de Estados Unidos y de la causa aliada. 
Estados Unidos desarrolla una política conocida como Buen vecino que tenía que ver con tratar de integrar a Latinoamérica a sus costumbres y practicas sociales. En Europa la propaganda de guerra, especialmente la del cine nazi, había ganado los mercados europeos, la expansión del fascismo en Latinoamérica significaba una amenaza. Es por ello que la administración de Roosevelt trata de consolidar el apoyo a Latinoamérica con el discurso de la “defensa hemisférica”, y al mismo tiempo busca ganar el apoyo de los ciudadanos estadounidenses.
Para esta política consideraron el poder del cine como medio predilecto y produjeron filmes educativos, noticiarios y documentales, de la mano de Hollywood, donde también se  habla de las similitudes entre Latinoamérica y Estados Unidos. La ayuda que presta este país tiene por objetivo crear una opinión pública favorable sobre la política aliada pro estadounidense, durante la Segunda Gran Guerra, para a su vez crear empresas comerciales con intereses en Latinoamérica “El fin de la producción propagandística mexicana era disminuir los sentimientos antiyanquis albergados por las audiencias mexicana y latinoamericana.[1]
Los eventos internacionales durante esta época, como la Segunda Guerra Mundial y la política panamericanista, suscitaron nuevos sucesos en nuestro cine que se ven reflejados según García Riera en:[2] 
1.    Estados Unidos favorece el cine nacional y le es negada al cine argentino, competidor natural de México, en el mercado latinoamericano.
2.    La migración de españoles y de europeos;
3.    Se funda el Banco Cinematográfico (1942)
4.    Se afina un dispositivo de distribución y exhibición;
5.    Se inunda el mercado latinoamericano de películas mexicanas;
6.    Se favorece la promoción de las primeras grandes figuras de nuestro cine: Cantinflas, Negrete, María Félix, Arturo de Córdova, Armendáriz, Dolores del Río.
7.    Se le dan buenas oportunidades a directores inquietos y deseosos de hacer algo nuevo y original: Emilio Fernández, Julio Bracho, Roberto Gavaldón. En el caso de Emilio Fernández trabajo en varias producciones de la Radio Keith Orpheum Pictures (RKO).
8.    Aumenta considerablemente el número de películas producidas en México y se coloca a la vanguardia indiscutible del cine en castellano.
Debido a la inversión que Estados Unidos hace a las industrias mexicanas, en este caso, el cinematográfico, empieza a intervenir directamente en el mercado del cine producido en español “La resistencia de Argentina a tomar posición a favor de los aliados, Estados Unidos que controlaba la circulación del celuloide en el hemisferio, impidió su importación a ese país, casi imposibilitando la producción de películas.”[3]
Es decir sin la capacitación y el apoyo económico que brindo el país del norte a nuestro cine, no hubiera existido esta Época de Oro, pues siempre nos han considerado un enemigo para su industria, ya que no midieron que durante esta etapa el cine mexicano se apoderaría del mercado Latinoamericano y europeo, cuando vieron tal amenaza, concluida la guerra, comenzó la guerra a nuestro cine por ejemplo controlaron la exportación de celuloide a nuestro país lo cual afectó la producción de nuestro cine finalizada la Segunda Guerra Mundial.




[1] Francisco, Peredo, Cine y propaganda para Latinoamérica, México, UNAM, 2004, p. 231.
[2] Emilio García R., Historia documental del cine mexicano. Época sonora, Tomo II 1941/1944, México, Ediciones Era, 1970, p. 9.
[3] Maricruz Castro R. Y Roberto Mckee, El cine mexicano “se impone”, México, UNAM, 2011, p. 54.

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