¿Alguna vez nos
hemos puesto a pensar en el rigor y presión al que está sometido un músico de
conservatorio? Honestamente, yo sí, pero jamás me imaginé cómo era hasta que vi
Whiplash (2014). Esta película es un
homenaje al jazz en el cine, que se sirve de la vida de Andrew Neiman (Milles
Teller), un estudiante baterista de jazz obsesionado con Jo Jones, Buddy Rich y
Charlie Parker. Al conocer al director de orquesta de jazz del Consevatorio,
Terence Fletcher (J. K. Simmons), Andrew comienza a practicar más hasta ser
elegido por Fletcher.
La música va de la
mano con la obsesión de Andrew de ser el mejor baterista de jazz después de
Buddy Rich y con el método de enseñanza de Fletcher, quien cree que los alumnos
logran sobresalir mediante un método de enseñanza de humillación y miedo. Lo
cual lleva al extremo emocional a los alumnos que pertenecen a su orquesta,
pues están amenazados y son maltratados si algo no suena de acuerdo a su tempo.
Esta película por
mucho nos demuestra la pulcritud de: un buen guión que incluye psicología de
los personajes bien establecidos; buenas actuaciones; buena dirección;
impecable fotografía y excelente manejo de la música en el cine, donde ésta es
resaltada no sólo por el ritmo del montaje sino por la dirección de los actores.
¿Por qué ir a ver
está película? Primero porque sale de todos los clichés obsesivos en el cine de
cómo es un artista, para convertirse en drama realista dibujado por la música y
su perfección; segundo es una película que demuestra como el cine y la música
tienen un pacto de armonía y discreción, que revela el estado de animo de los
personajes y la estética del montaje; tercero y último, la fotografía, las
actuaciones y el guión son tan realistas pero tan bien cuidadas y mezcladas
entre sí que hacen una perfecta película homogénea estéticamente.
Su director es Damien
Chazalle, de origen estadounidense, dirige y escribe su primer película,
también de jazz, Guy and Madeline on park
Bench (2009). Escribe guiones de género thiller,
como El último exorcismo parte II
(2013) y Grand Piano (2013), también
de un músico pianista. Su trabajo anterior como escritor y director revela dos
cualidades en su cine: su gusto por la música y el suspense, ambas contenidas en Whiplash.
Explorar los miedos
y obsesiones de un artista siempre ha sido un tema recurrente en el cine,
incluso ha sido exagerado, pero ha contribuido a crear el mito del artista. No
obstante Whiplash, describe a un
estudiante que no tiene pena ni gloria en el mundo, simplemente esta
encaprichado (como muchos jóvenes), por no pasar a la historia y ser reconocido
mundialmente, ya que no hay mayor desgracia que pasar al olvido ¿Será cierto? O
simplemente no entendemos nuestros límites existenciales.
Ficha técnica
Director y guión:
Damien Chazelle
Música: Justin
Hurwitz
Fotografía: Sharone
Mier
Reparto: Miles Teller, J. K. Simmons, Melissa Benoist,
Paul Reiser.