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martes, 16 de octubre de 2012

De la comedia, el amor y otros placeres



Marilyn Monroe en “Una Eva y dos Adanes” / ©MGM
Todo comienza aquí, ¿el amor vale el dolor que nos causa por el placer que nos encanta?, así lo plasman las películas de comedia romántica. Basta ver Una Eva y dos Adanes (Some like it hot, 1959) de Billy Wilder y Una dama es una dama (Une femme est une femme, 1961) de Jean-Luc Godard. Ambas, aunque muy diferentes en narración y estilo, reflejan dos formas de sentir el enamoramiento: sincero y divertido.
En realidad, los individuos siempre estamos en búsqueda de la fórmula científica para que nos salga el amor como lo vimos en las películas, pues algo tiene el romance que nos molesta sobre manera: la incertidumbre.
Así, todos protagonizamos nuestra propia película, y lo divertido es que, en nuestra vivencia del día a día, pareciera actuamos siguiendo las reglas de los diferentes géneros cinematográficos. El cine es un reflejo de nuestra realidad social y cada quien se apropia del estilo que va más con su personalidad.
Cabe aclarar que la comedia romántica no es de los géneros más taquilleros en el cine. Las marquesinas son dominadas por las cintas de aventura, los dramas, las cintas animadas o las películas de acción. Con todo, las comedias románticas cumplen un papel fundamental en el imaginario del quehacer amoroso.
En el mes de febrero (“mes de los enamorados”) encontramos en cartelera películas que reflejan historias entretenidas y románticas, en el mejor de los casos; en el peor, encontramos temáticas incoherentes, sostenidas por las mismas fórmulas clichosas, en las siempre se sabe qué va a pasar. En ambos casos impera una cantaleta moral, quizás por ello caen de mi preferencia, por incoherentes, pues se les olvida algo: el amor carece de moral y de prejuicios. Así lo vemos en Una Eva y dos Adanes y en Una dama es una dama.
Si tomamos en cuenta que en México el cine es un artículo de lujo cuyo acceso equivale al salario mínimo de un obrero, inmediatamente colocamos la condicional: si va uno al cine va a divertirse. Sin embargo, el cine es también un producto de consumo, y debemos exigir estándares mínimos de calidad.
No sé si las grandes productoras crean que los temas están agotados o que estamos atrapados en la tendencia existencialista o dramática de ver el amor como algo muy interno que carece de entendimiento, diversión y espontaneidad.
En Una Eva y dos Adanes se habla de la liberación sexual de la mujer y de la homosexualidad, no como un tema, como un hecho que sucede. Sugar (Marilyn Monroe) se muestra libre y natural ante sus múltiples fracasos amorosos, deja de lado los hechos del pasado e incluso cede ante su consciencia planificada y termina enamorándose de un saxofonista, Joe (Tony Curtis). Lo importante es saber vivir la vida, porque todo llega de la forma más inesperada posible, como el amor de un millonario a un músico, Jerry (Jack Lemmon).
Por otro lado, Jean-Luc Godard, quien en sus primeros trabajos explora la relación de pareja hombre y mujer, plasma de una forma filosófica y didáctica los roles de la mujer y el hombre en una correlación amorosa.
En Una dama es una dama, Godard muestra a una pareja que sigue unida, quizá por la frescura de su sentimiento, en donde el hombre impone, la mujer se encapricha y la negación es el peor enemigo de quien se cree enamorado. Y aunque ambos (Émile y Angela) se enfrentan, hay una fuerza extraña con la que ninguno de los dos puede luchar.
¿Qué fue lo que se mira? ¿Una comedia o una tragedia? Pues como el amor encierra odio, placer, sueños y un sin número de sentimientos contradictorios, no nos queda más que pensar que la comedia romántica va más allá de un juicio moral. El placer de sentirse amado, la confusión más extraña de nuestro ser.

Essential Killing, la capacidad de matar sin remordimiento



SkolimowskiEssential Killing (2010) es la última película del director polaco Jerzy Skolimowski, que narra la lucha por la supervivencia de Mohammed (Vincent Gallo), del que sólo sabemos que escapa de militares estadounidenses en alguna ciudad ubicada en Oriente Medio.
Con una temática actual Skolimowski construye una historia simbólica e introspectiva, desde el punto de vista del protagonista, quien sufre de una turbación existencial y de libertad, que expone la naturaleza humana de lucha contra sus propios límites con tal de vivir, a cambio de unos minutos más de vida.
Skolimowski narra en las imágenes, la música, el vestuario, el idioma y la región geográfica, el orden y situación en las que está inscrito Mohammed, no obstante  quedan diluidas al presentarnos la lucha interna, en un exploración, casi antropológica del director, en donde el conflicto personal del protagonista es luchar por su vida de una forma instintiva más que por una necesidad de vida.
En definitiva es una película de autor, no podríamos esperar otra cosa de Skolimowski. Sus primeros trabajos (Polonia en la década de los años sesenta), comparten un gusto particular gusto por la abstracción y el surrealismo, quien además de ser un realizador con un gran sentido estético de la imagen es guionista, actor, pintor y dramaturgo.
Uno de sus primero trabajos fue el guión de Knife in the water (1962) dirigida por Roman Polanski. Tras realizar varios cortometrajes rodó en 1964 su primer largo, Señas particulares, al que siguieron Walkover (1965), La barrera (1966), Arriba las manos (1967) y La partida (1967), que lo convirtieron en uno de los nombres más representativos del nuevo cine polaco.
Durante su exilio en Gran Bretaña se ve influenciado por el free cinema, destacan películas como Las aventuras de Gerard (1969); Deep end (1970); El salto del tigre (1972); El grito (1978), inspirada en un relato de R. Graves; Trabajo clandestino (1982); The Lightship (1985); El año de las lluvias torrenciales (1989) y Ferdydurke (1993), basada en la novela homónima de Witold Gombrowicz.
Skolimowski demuestra ser un realizador anacrónico con Essential Killing, película considerada en el 2011 por Cahiers du Cinéma, una de las 10 mejores películas de ese año. Es una película en la que Skolimowski demuestra el poder de la imagen y de los elementos narrativos, en donde el conflicto del guión es sólo el horror de la superviviencia el hombre contra la infinita naturaleza y la crueldad del hombre contra el hombre.
Sin embargo el paisaje de la estepa, contrasta su infinita quietud con la violencia y la sangre del hombre, en donde éste explora sus instintos más primitivos incitados por la violencia, algo que recriminaba Kubrick “Después de todo, el hombre es el más constante homicida sin remordimientos que ha pisado la tierra”.
Es una película que denuncia a la figura de autoridad, exponiéndola como  mercenarios que hostigan a sus víctimas como animales de caza. Un film preciso e inquietante en el plano visual y auditivo, que pone en alto la personalidad cinematográfica de Jerzy Skolimowski.