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martes, 5 de abril de 2016

El mal del cine mexicano: los Green, go! y los políticos corruptos

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Todo el mal de este país se lo debemos a la corrupción y a nuestra falta de educación (sin duda la primera existe a falta de la segunda). Como habría de esperarse el cine en nuestro país no puede lograr despuntar por estos dos hechos. Recordemos un antecedente que sin duda involucra la mala fe de los Estados Unidos y la corrupción de nuestro país.

En el 2002 el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) promovió ante el Congreso lo que se conoció como “el peso en taquilla”, es decir los exhibidores (los cines) tenían que recaudar un peso por cada boleto vendido en salas cinematográficas del país, con esto se esperaba recaudar entre 130 y 150 millones de pesos anuales. Tal iniciativa fue aprobada, sin embargo el 9 de diciembre la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine) apoyada por la Confederación Nacional de Cámaras Industriales (Concamin), en defensa de los intereses de las grandes distribuidores estadounidenses y de las más importantes cadenas de exhibición, publicaron un desplegado en el que rechazaban dicha iniciativa.

La iniciativa fue apelada por una comisión encabezada por el panista Fauzi Hamdan, en donde argumentaba un dictamen negativo sobre dicha iniciativa, con la cual consiguió el voto de 80 senadores rechazando la propuesta. Sin embargo, el senador Javier Corral, consiguió que la Cámara de Diputados (a donde ya se había enviado el rechazo) regresara la minuta para volver a ser sometida a votación. Finalmente la iniciativa fue aprobada.

Ahora el problema no era por la falta de recaudación o por falta de ley era por las grandes cadenas de exhibición y las distribuidoras estadounidenses. El 8 de enero de 2003 el presidente Fox recibió una carta de Jack Valenti, el presidente del Motion Pictures Association of America (MPAA) en donde le advertía que de seguir con esta recaudación “se cancelaría la inversión extranjera en la producción de nuevas películas en México, además […] de que este impuesto causaría un mal servicio a un importante sector cultural.”[1]

La situación no quedo en amenazas “tres semanas después Steve Solot, el vicepresidente de la MPAA para América Latina, se presentó, acompañado de un abogado en la oficina de la presidenta de Conaculta, para anunciarle que todas las empresas distribuidoras estadounidenses con oficinas en México iniciarían procesos de amparo en contra del peso en taquilla, porque era una medida que favorecía al cine mexicano, lo que iba en contra de los principios de libre mercado.”[2] ¿Qué tendría de malo favorecer a nuestro cine? ¿Acaso los EEUU no se ven favorecidos por su país?

Después de una largo proceso legal la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en diciembre del 2004, por unanimidad, anuló la recaudación del peso en taquilla ¿Pueden creerlo? Pudo más el abuso de las distribuidoras estadounidenses y el de los exhibidores que un proyecto nacional de cine y no sólo del cine sino cultural.







[1] Carlos, Taibo, Manual básico de producción cinematográfica, México, IMCINE, 2011, p. 73.
[2] Op. cit.

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