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martes, 3 de julio de 2012

Carlos, de terrorista a celebridad


Carlos, es la típica película biográfica que vemos en cine. Del realizador francés, Oliver Assayas quien entrega esta mini serie de televisión y la adapta para cine, sobre Ilich Ramírez "Carlos", un terrorista venezolano, miembro del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP). Que retrata el inconfundible complejo mesiánico de algunos líderes.
Es interesante porque: muestra cómo estaban conformadas las células revolucionarias alemanas; deja entre ver los intereses internacionales y el apoyo económico extranjero que recibe el FPLP. Por ende, plantea los verdaderos intereses del terrorismo: políticos. Denuncia la red de corrupción, a nivel mundial, en los años setenta hasta la caída del muro de Berlín (1989), y la forma en cómo estos terroristas operaban: bajo protección diplomática. Nadie es malo o culpable si la alta esfera del poder lo considera indispensable para sus crímenes de Estado.
El protagonista más que un terrorista es ante todo un mercenario que busca atraer la atención de los medios, para hacerse de fama, y por así decirlo “que todo el mundo sepa que es el súper héroe”. Un personaje sin carisma, sin un ideal político, de quien su fin último es el egocentrismo. 
Carlos, descontextualiza los temas recurrentes en la cartelera comercial: aventura, comedia, acción, ciencia ficción, etc., pues es un filme de denuncia interesante, con un punto de vista ya no censurable por la caducidad del tema. Aunque ahorita nuestra cartelera de cines tiene dos pelís de denuncia: Colosio el asesinato y Gimme the power, no las podría considerar como tal, pues mientras en la primera sólo se basan en un hecho verdadero, ocultan nombres y sólo dan insinuaciones, la segunda reflexiona, sí, pero ambas sólo son unidireccionales y carecen de una crítica profunda con una postura evidente, y cuando se tiene una postura no se comunica más que eso y no la realidad.
La vida del terrorista venezolano, sirve como pretexto para observar cómo se gesta, lo que ahora podría llamarse la actual revolución: el terrorismo, una postura radical, deshumana que nos hace recordar que no todos son caudillos, por lo que es importante reflexionar y conocer bien a los que creemos nuestros líderes políticos o espirituales, según sea el caso.
Ficha técnica
Director: Oliver Assayas
Actuación: Edgar Ramírez, Alexander Scheer, Alejandro Arroyo.
País: Francia-Alemania
Año: 2010
Guión: Oliver Assayas y Dan Frank
Duración: 163 mins.
Clasificación: C

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