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miércoles, 29 de febrero de 2012

Almayer’s folly, la expresión más íntima y oscura de los miedos de Chantal Akerman.


Almayer’s folly, la expresión más íntima y oscura de los miedos de Chantal Akerman.

Por Jimena Ladu

Chantal Akerman regresa al cine de ficción con Almayer’s folly, una libre adaptación de la primera novela de Joseph Conrad (La locura de Almayer, 1895). En este filme la directora explora temas recurrentes en su carrera como lo son la soledad y el exilio. Akerman es directora, productora, actriz, escritora y fotógrafa de origen belga. Sus películas más conocidas son: Jeanne Dielman, 23 quai du comerse, 1080 Bruxelles (1975), A couch in New York (1996), The captive (2000) y Tomorrow we move (2004).

Su más reciente trabajo es Almayer’s folly, en la que el personaje principal es Almayer, un comerciante occidental que llega a instalarse a una isla como resultado de sus viajes a tierras lejanas para conseguir riquezas. Sus sueños de fortuna para él y para su hija, Nina, colapsan por sus prejuicios,  sus miedos y su codicia.

La novela de Joseph Conrad está ubicada en Malasia a finales del siglo XIX. Tanto la novela como la película de Akerman, hacen una crítica al insensible colonialismo y al racismo. Sin embargo el filme de Akerman, va más lejos, captura la introspección de la encrucijada emocional de Almayer. No obstante, el filme sigue vigente, pues a pesar de haber pasado más de un siglo, vivimos un neocolonialismo que no deja de dominar económica y políticamente a los estados jurídicamente independientes.

La unidad del filme reside en su evocación poética a la nada, al miedo, a la incertidumbre, al destino incontrolable de la vida, a lo intempestivo de la naturaleza y la pequeñez del hombre ante ésta. En su fotografía y tema se refleja un romanticismo con tintes realistas. Sus colores, su dirección, su música, sus locaciones y las miradas, de Almayer y Nina, contienen una nostalgia infinita, llena de zozobra.

La narración cinematográfica privilegia la confusión en la que vive el personaje principal, Almayer. En la primera mitad del filme aparece como una persona ambigua, sin personalidad, significándose en la falta de primeros cuadros a su rostro, en cambio, se ennoblecen los primeros planos al rostro de Nina, la cual demuestra su insatisfacción y la autorreflexión forzada, a consecuencia de una vida que ella no escogió. Los grandes planos sin embargo, están dedicados a la inmensidad de la naturaleza. Reflejos de luz provenientes del sol, contrastan con las sombras sobre los rostros de los personajes, comunican así la oscuridad emocional en la que viven, sin importar lo radiante o caluroso de la atmósfera.

Condenados Almayer y Nina, a la frustración provocada por la soledad y el exilio, se vuelven víctimas de su incapacidad para decidir su propio destino, hacedores de las consecuencias de los intereses de unos cuantos. La ambición, el exilio, la soledad y la falta de carácter impregnan la temática de este filme, en donde el futuro más próximo, pasa por encima de los sueños de los personajes.

La directora logra componer su discurso audiovisual aislando a los personajes y al espectador en una selva ubérrima, sitiada, en donde parece no haber salida. Almayer está en la nada del mundo, un lugar donde parece que nadie tiene rostro.  La fotografía es contemplativa, opta por movimientos de cámara suaves y lentos.  En la fotografía estática, la cámara es llevada por el ritmo del agua. La música, con el tema musical de Wagner queda inserto como leitmotiv para evocar el gran drama que viven los personajes.

Almayer’s folly es la expresión más intima y oscura de los miedos de Chantal Akerman, en donde lleva a su personaje, Almayer, a la peor angustia y depresión, liberándose así ella, de lo que podrían ser sus miedos más fuertes al fracaso.  En esta película, Akerman  explora la vulnerabilidad sentimental y moral de los seres humanos, en donde quedan expuestos sentimientos como la ambición, el dolor, el miedo y la insoportable levedad del ser, de la que hablaba Milan Kundera y de la cual fue pionero Joseph Conrad.  Las relaciones de pareja, son más una opción por conveniencia, que conducen a una separación del individuo de la sociedad o de su entorno de confort, ya sea por conveniencia o medio de escape a la realidad vivida.

Dirección/guionista: Chantal Akerman (Bélgica, 1958)
Basada en la novela de: Joseph Conrad
Producción: Patrick Quinet, Chantal Akerman
Fotografía: Rémon Fromont
Edición: Claire Atherton
Sonido: Pierre Mertens, Cécile Chagnaud, Thomas Gauder
Música: Steve Dzialowski
Reparto: Stanislas Merhar, Aurora Marion, Marc Barbé, Zac Andrianasolo, Sakhna Oumm, Solida Chan
Duración: 128 minutos

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